«La voz de las cosas …….son las cosas de distintos géneros las que «llaman» a los niños de distintas edades. El brillo. Los colores, la belleza de las cosas bonitas y adornadas, son verdaderamente «voces» que atraen la atención de los niños y le estimulan a obrar. Estos objetos tienen una elocuencia que ninguna maestra puede alcanzar: «Tómame -dicen-, Consérvame intacto, colócale en mi sitio!» Y la ejecución de esto, de acuerdo con la invitación de las cosas, produce al niño alegre satisfacción y el despertar de energías que le predisponen a trabajos más difíciles de desarrollo intelectual. Con frecuencia, empero, son varias voces de las cosas las que le llaman; la llamada es una orden compleja, porque al juntos trabajos importantes requieren no un sólo niño sino una colectividad organizada, un aprendizaje y larga preparación, como, por ejemplo, el poner y servir la mesa y levantar los manteles.»
Pedagogía Científica, María Montessori
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